lunes, noviembre 24

La guerra sucia en Culiacán


La desaparición de Juan Germán

Hace 30 años, Juan Germán salió de casa rumbo a la Prepa Central pero ya no regresó. Eran los tiempo en que el Estado enfrentó y desapareció a guerrilleros ¿Estuvo Juan Germán entre ellos? Esta es su historia

24-11-2008

"Si yo hubiera sabido que mi hijo iba a hacer otras cosas cuando lo mandaba a la escuela, hubiera preferido que no fuera nunca. "Ahora está desaparecido". Es la voz de Consuelo Carrasco viuda de Flores que tiene en sus manos la copia de un expediente del Archivo General de la Nación.

En él está la foto de su hijo Juan Germán, desaparecido el 19 de agosto de 1977. También un breve texto, que narra una historia desconocida para ella hasta hace unos años. "No supimos el peligro que se exponía mandar a un hijo a estudiar, tener una profesión. Si hubiera sabido el peligro que había allí, lo saco de estudiar y lo dejo en el taller (de herrería) con mi marido", expresa. En sus recuerdos, el rostro juvenil que muestra el documento enmicado, adquiere color. Juan Germán tiene nuevamente 17 años.

Ahora Juan va en primer año de la Preparatoria Central de la UAS. Es alegre, cariñoso, aficionado al futbol y pide a su madre que lo enseñe a bailar. Culiacán tiene entonces (1977) otra traza urbana, es más pequeño. El cine Diana exhibe en cartelera la


"Si yo hubiera sabido que mi hijo iba a hacer otras cosas cuando lo mandaba a la escuela, hubiera preferido que no fuera nunca. "Ahora está desaparecido". Es la voz de Consuelo Carrasco viuda de Flores que tiene en sus manos la copia de un expediente del Archivo General de la Nación.

En él está la foto de su hijo Juan Germán, desaparecido el 19 de agosto de 1977. También un breve texto, que narra una historia desconocida para ella hasta hace unos años. "No supimos el peligro que se exponía mandar a un hijo a estudiar, tener una profesión. Si hubiera sabido el peligro que había allí, lo saco de estudiar y lo dejo en el taller (de herrería) con mi marido", expresa. En sus recuerdos, el rostro juvenil que muestra el documento enmicado, adquiere color. Juan Germán tiene nuevamente 17 años.

Ahora Juan va en primer año de la Preparatoria Central de la UAS. Es alegre, cariñoso, aficionado al futbol y pide a su madre que lo enseñe a bailar. Culiacán tiene entonces (1977) otra traza urbana, es más pequeño. El cine Diana exhibe en cartelera la película Rebelde sin causa, el protagonista es James Dean. La música de moda es la disco, y los diarios anuncian que Jorge Chávez Castro será el candidato del PRI a la Alcaldía. En esa pequeña ciudad, donde los pantalones acampanados son usados por igual, por hombres y mujeres, vivía Juan Germán.

Un joven que para los órganos de espionaje del gobierno y la Inspección General de la Policía Municipal, era miembro activo de la Brigada Margarita Andrade Vallejo, de la Liga Comunista 23 de Septiembre. Un movimiento de ideología socialista, que integró a estudiantes, maestros, obreros y campesinos. Doña Consuelo no acepta esa versión oficial. Su hijo no era un criminal, no tenía apodos como "Pancho","Carrasco" o "Negro". Tampoco era capaz de portar una pistola marca Trejo, calibre .38. Él, sólo era Juan Germán, el quinto de sus hijos.

La otra historia

En el país fueron más de 500 los desaparecidos de 1970 a principios de 1980, en un periodo que se caracterizó por la represión gubernamental de disidentes, entre ellos los integrantes de la Liga 23 de Septiembre, fundada en Guadalajara, y que operó en Sinaloa y otros estados, explicó el periodista e investigador del tema, Jacinto Rodríguez Munguía.

"Eran los años en que el PRI se veía eterno, y nadie lo iba a sacar. No podemos quitar el asunto de la guerrilla en México sin lo que estaba pasando en toda Latinoamérica, y al mismo tiempo una lucha feroz entre dictaduras militares, y toda unaideología socialista, comunista", indica. El colaborador de la revista Emeequis y autor del libro La otra guerra secreta , en el que relata la autocensura ycorrupción de la prensa en la llamada Guerra Sucia, agregó que las desapariciones más numerosas, ocurrieron entre 1977 y 1978. Muchos "guerrilleros" fueron torturados y asesinados.

El espionaje gubernamental fue una arma muy utilizada. Integrantes de cuerpos policiacos se capacitaron en técnicas de tortura, utilizadas en Brasil, Argentina y Guatemala. "Para entonces la guerrilla ya está de salida, ya les pegaron en la cabeza, los desmantelaron, les quitaron a sus líderes, les mataron a mucha gente. Yo ubicaría desde el 73 como el arranque de los enfrentamientos y desapariciones, y hasta los 80, dentro del contexto de las guerrillas". "Por mucho que estos locos, soñadores, románticos, aventurados, rijosos, por mucho que hubieran estado armados, no se puede comparar con la fuerza que tenía el Estado. El Estado sabía que no iban a lograr nada, y sin embargo los enfrentaron, detuvieron, torturaron, los desaparecieron, por eso hay una deuda, qué pasó con ellos... es una pregunta difícil de responder".

"Era muy lindo. En las tardes se bañaba, se cambiaba y me pedía para ir por un refresco con pan. Se juntaba con los muchachos del mismo barrio. Pintaba dibujos, algún héroe de la Independencia , caballos, y aunque ya estaba grande, le gustaba mucho jugar a los carritos", expresa. "Me decía, 'mamá, enséñame a bailar', y yo le decía 'ay hijo, yo no sé bailar, mejor dile a tus hermanas".

La desaparición
Las clases de baile nunca llegaron. Juan Germán salió de su casa en la colonia Ejidal y se fue a la escuela el viernes 19 de agosto de 1977. No regresó. "Mi hijo estudiaba en la Prepa Central , estaba en primer año, y se fue a la prepa y ya no regresó, y yo esperándolo, esperándolo y nada, nada".

Evidencias encontradas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, se refieren a una ficha de identificación de la Inspección General de la Policía Municipal en la que se relata el arresto de Juan Germán. Llevaba una pistola marca Trejo, calibre .38 con seis cargadores y una bomba (piña). Opuso resistencia y fue sometido. "Agentes de esta Dirección y de la Brigada Especial en Culiacán, tienen detenidos a: [...] Juan Germán FloresCarrasco", termina el archivo. Lo que sucedió después, no lo consigna ningún
documento.

La desaparición no fue difundida por los diarios. Seis días después, el 25 de agosto de 1977, una nota publicada en Noroeste refiere que en la casa 736, de la colonia Morelos, alrededor de 15 supuestos agentes policiacos llegaron en tres camionetas, buscando a Manuel (Alapizco), quien resultó herido y posteriormente murió. En el lugar, según los vecinos, arrestaron a la esposa de él, Martha Camacho, y a un menor de edad, que doña Consuelo asegura, era su hijo. Otros documentos policíacos mencionan que Manuel Alapizco era maestro en la Preparatoria Central , y en la Liga 23 de Septiembre tenía la responsabilidad de reclutar jóvenes para el movimiento.

El sueño
Tras la desaparición de su hijo, para Doña Consuelo siguió una búsqueda en hospitales, dependencias y la Procuraduría. Lavaba y cocinaba en las noches para no desatender a su familia. En el día, seguía buscando. En esa época, una noticia es seguida con atención en los medios. Elvis Presley ha muerto. El deceso del Rey del Rock ocurrió cuatro días antes (16 de agosto de 1977). Al parecer sufrió un ataque respiratorio. Tenía 42 años.


En la UNAM , una larga huelga laboral recién terminaba. Se habían suscitado temores de una represión militar como la del 2 de octubre de 1968, en la Plaza de Tlatelolco. Pero la solución fue más pacífica. Los movimientos civiles y las persecuciones de disidentes, se masificaban en el país y Latinoamérica. Doña Consuelo lo ignoraba, pero las desapariciones de integrantes de las guerrillas se extendían a otros estados, Guadalajara, Ciudad de México, Monterrey y Chiapas. En Sinaloa, según los archivos, fueron 42.

Unas semanas más tarde, quizá días (1977), Doña Consuelo tuvo un sueño. Un mensaje que, dice, Dios le envió. Las imágenes que vio, acrecentaron sus temores, pero también le dieron esperanza. "Yo soñé a mi hijo en esos días, que lo tenían semidesnudo en esa alberca, casi ahogándose, torturándolo, me dio miedo pero también pensé que estaba vivo".

Con nuevas esperanzas de encontrar a Juan Germán, siguió la indagación ante la total negativa de las autoridades. Nadie le daba respuestas. En la Procuraduría se encontró a otras mujeres con historias similares a la suya. Juntas formaron la Unión de Madres con Hijos Desaparecidos. Llegaron a ser más de 20, hoy sólo quedan menos de ocho.

"Soñé que había llegado Juan Germán" La formación de la alianza de madres, siguió la "lucha", dice Doña Consuelo. Fueron a Tijuana. Les dijeron que allá estaban sus hijos. Sólo encontraron intimidaciones de la Policía. En la Ciudad de México, en una fecha que no alcanza a recordar, pidieron limosna cuando el dinero se les terminó. Tampoco lograron mucho.
Los años transcurrieron. Los gobernantes cambiaron. "Todos nos tocaron y todos dijeron lo mismo. Ninguno nos ayudó". En la búsqueda inconclusa, Doña Consuelo afirma que la vejez la alcanzó (76 años). Su esposo, Vicente, murió hace algunos años.

El taller de herrería cerró. Ella vive con uno de sus siete hijos, en la colonia Canaco. De Juan Germán sólo le queda la copia enmicada del expediente en blanco y negro, que encontró en el Archivo General de la Nación, confidencial hasta el Gobierno de Vicente Fox abrió los archivos. Pero poco le ha servido para probar la participación de la Policía en su desaparición. El documento con la foto de su hijo muestra a Juan Germán de frente y perfil. Cabellera al hombro. Rostro delgado. Con la mirada fija en algún lugar. Doña Consuelo lo recuerda con el cabello más corto, en especial una vez que se lo dejaron casi a rape, y se puso a llorar.

A su memoria llegan otros instantes imborrables. Juan Germán ayudando a parir una gata negra en el taller de su esposo, años antes de desaparecer. Juan Germán en la sala de su casa en la colonia Ejidal, pidiéndole otra vez que lo enseñe a bailar. "Un día, hace poco, después de todo lo que he pasado, le pedí a Dios que me mandara una prueba si mi hijo estaba vivo. Y soñé que había llegado Juan Germán. Bien lo vi alto y delgadito, vestido de militar, cuello muy alto. Le dije 'mijo, mijo' y me abrazó. Le dije 'dónde estabas', 'estoy en Rusia' mamá, estoy en Rusia, me dijo...".